miércoles, 1 de junio de 2011

José Hidalgo, La Masvida, IV.

LLegamos a mi casa. Yo entonces vivía en un pequeño piso, con mi hermano, que estudiaba agricultura. Yo había dejado los estudios de Bachillerato en sexto año y me preparaba en una academia de contabilidad y mecanografía, con vistas a un trabajo. Mi hermano y yo apenas nos veíamos. Él pasaba casi todo el día en la granja-escuela. Yo, aparte de ir dos o tres horas a la academia cada mañana, tenía todo el día libre y huía cuanto podía de aquellas paredes estrechas que achicaban aún más los grandes rosetones del papel pintado. Todos los meses nuestros padres nos mandaban algún dinero. Me enrollaba haciendo comidas, bebíamos juntos, mi hermano y yo, por las noches, sentados en el sofá del comedor, ante la tele... Si mis padres habían venido a visitarnos, lo que sucedía casi cada semana, comprábamos una botella grande de cola, para disimular, y le añadíamos alcohol puro del botiquín.

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